Mariano Fortuny, artista español en Venecia, revolucionó la moda alrededor de 1908 con su icónico vestido "Delphos". Esta túnica de seda finamente plisada caía libremente sobre el cuerpo, sin estructuras internas ni corsés. Su diseño, inspirado en Grecia, ofrecía una ligereza y libertad de movimiento radicalmente opuestas a la moda encorsetada de la época, anticipando la comodidad del siglo XX.