"Este piso, construido en 1993, encarna la esencia del minimalismo refinado que definió ese año en la moda, cuando Jil Sander consolidaba su posición como la reina de la pureza y la simplicidad. Sus colecciones, caracterizadas por líneas limpias, tejidos de calidad y una elegancia sobria, se reflejan en cada rincón de esta propiedad. Los espacios diáfanos, la luz natural y los acabados impecables transmiten esa calma sofisticada que Sander elevó a arte, creando un hogar donde el diseño y la funcionalidad conviven en armonía."
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